Hablando sobre Inteligencia artificial – a partir de 54:30

Para el episodio de Los Crononautas #S02E17 decidimos repasar algunas de las cuestiones que se comentaron en la estupenda mesa redonda sobre inteligencia artificial del reciente Memorial Isaac Asimov; en especial los recelos que despierta la llegada de la IA a nuestro entorno, ya sea en forma de miedo a los robots autónomos, miedo a que nos quiten el trabajo o miedo a que tomen decisiones erróneas. Y es que, queramos o no, a mucha gente los robots y otros dispositivos inteligentes les dan mucho yuyu; es algo difícilmente evitable cuando su comportamiento se asemeja al humano.

Además de explicar algo sobre el test de Turing como prueba de la inteligencia artificial y los avances en juegos como el ajedrez o el Go también profundizamos un poco en el dilema del tranvía – una situación teórica pero a la que de un modo u otro tendrán que enfrentarse los agentes inteligentes en el futuro – si acaso se lo permitimos.

También a partir de 38:00 el espacio con Jorge Sánchez-Manjavacas está dedicado a la Filosofía y la Tecnología, dos campos que muchas veces se encuentran debido a las problemáticas y situaciones que tratan y que desde las primeras eras de los pensadores clásicos han estado muy unidos. Para Aristóteles fabricar máquinas era casi «trabajo de esclavos», lo cual no deja de ser paradójico: con todo lo que la Grecia clásica aportó a la filosofía miraban un poco con desdén la tecnología – al menos hasta que se detecta la necesidad de domainarla para explorar y expandirse por el mundo conocido.

Este podcast se puede escuchar a través de iVoox, de iTunes o directamente con el reproductor web.

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El Aviatore Veloce es una versión a escala (a 1/4) de una turbina de avión que además tiene utilidad: sirve para preparar café o té poniendo en sus respectivos compartimentos agua y granos de café (o agua y hojas de té) a presión.

Según Yanko Design la cafetera está fabricada con aluminio de grado aeronáutico y acero inoxidable para darle mayor autenticidad. Eso sí, tampoco debe ser nada barata y su disponibilidad es limitada: Superveloce sólo fabricará cien unidades numeradas.

Fotografías: Superveloce.

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Esta versión en miniatura de la sala de máquinas de un transatlántico es obra del mecánico naval gallego José Manuel Hermo, “Patelo”, quien también construyó —entre otras muchas máquinas— una versión diminuta de un motor V12 funcional. Ya en ese vídeo, de 2012, habla de que su mayor sueño es construir la sala de máquinas de un crucero, con cuatro motores.

Y así es la sala de máquinas de Patelo: cuatro motores V16 de 24 cm³, con dos cajas reductoras y de cambios y dos toberas móviles con hélices de paso variable y timón. En total suman 2186 piezas, todas ellas construidas a mano en casi 8000 horas de trabajo.

Como sucede con otras creaciones y réplicas en miniatura de Patelo el motor es mecánicamente funcional, con la excepción de que no produce potencia. En cambio utiliza aire comprimido para mover las piezas mecánicas, como sustituto de los gases a presión que se producen al quemar combustible y que un motor de combustión convierte en movimiento mecánico. Aparte de ese detalle todo lo demás funciona esencialmente igual, pero sin contaminar y en diminuto.

En otros cinco vídeos anteriores se puede ver el proceso de fabricación de las piezas y montaje de los motores y resto de componentes.

¡Gracias Gali!

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Venus rota tan lentamente sobre su propio eje que necesita 243 «días terrestres» para completar un «día venusino»; de hecho es el «día» más largo de los planetas del Sistema Solar, más incluso que el propio año venusino (lo que tarda en girar alrededor del Sol). Como el radio de Venus es de 6.000 km eso quiere decir que su circunferencia máxima mide unos 38.000 km. Así que si recorrieras Venus por su ecuador, caminando a buen ritmo sin parar –156 km/día, unos 6,5 km/h– podrías caminar y caminar sin ver nunca ponerse el Sol, en una especie de atardecer eterno. [Foto: Venus / ISAS, JAXA. Fuente: Fermat’s Library.]

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Como siempre me ha pasado no sé lo que es que las palabras no te sepan

La sinestesia es una condición neurológica que hace que las personas que la tienen –explicado grosso modo– tengan los cinco sentidos tradicionales (tenemos más sentidos, pero esa es otra historia) conectados entre sí.

Sólo por citar algunos ejemplos alguien con sinestesia puede oír la música en colores o notar sabores cuando la escucha, por ejemplo. Otra manifestación común de la sinestesia es ver los números y o las palabras en colores o incluso como paisajes. Y también existen personas que tienen sinestesia de calendario, que les lleva a ver los calendarios de una forma cuando menos peculiar.

En el caso de Lola, la protagonista de este vídeo, su sinestesia es léxico-gustativa y tiene el efecto de que las palabras oídas o leídas le provocan sabores. No es que le recuerden a sabores, como ella mismo explica, sino que le provocan realmente esos sabores. Sabores que le gustan, afortunadamente, por lo que hay palabras que las repite sólo pare recrearse con su sabor.

La poesía me sabe muchísimo. Es un motivo más para que yo aprecie la literatura.

Eso sí, como le sucede a otras personas con sinestesia al principio creyó, como es lógico, que a todo el mundo le pasaba igual… hasta que un día lo comentó con sus padres que no la tomaron muy en serio; ahora dice que no habla mucho del asunto porque la gente alucina con lo que le cuenta.

Una curiosidad más de lo que le sucede a Lola es que no todos los idiomas le sugieren iguales sabores ni en la misma intensidad, y en el caso de lo idiomas que no entiende no se produce sabor alguno, lo que puede indicar un poco dónde está el «cruce de cables» de su cerebro.

Lola tiene dos hijas, Amanda y Blanca, que también son sinestésicas. Para Amanda son las voces –el tono de las voces– lo que provoca sabores, no las palabras; para Blanca es el carácter de las personas lo que hace que ella las vea en distintos colores, igual que ve de distintos colores los días de la semana.

Llegué al vídeo después de hacer retuit a un muy recomendable hilo de Fran Ferriz, que también tiene sinestesia, en el que explica cómo la vive él (sí, odio los hilos pero por su formato no por su contenido) porque mi amigo Pedro, que es hermano del autor, Luis Tarrafeta, me pasó el enlace):

Hoy os voy a hablar de la Sinestesia. Es algo que supe que tenía gracias a un documental. Y no es que sea nada del otro mundo, pero es posible, no estoy seguro, que afecte a la forma en la que dibujo y especialmente a como coloreo. Comencemos por la definición en Wikipedia. Hilo!

— Fran Ferriz (@FRaN_FeRRiZ) 5 de marzo de 2018

La sinestesia me parece un fenómeno fascinante y me dan mucha envidia quienes la tienen.

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Esta Tabla Periódica de la RSC tiene como característica interesante que muestra los elementos químicos en diversos colores a medida que se va haciendo variar la temperatura. Azul claro, oscuro y verde simbolizan sólido, líquido y gaseoso respectivamente – también hay unos cuantos en gris por «desconocidos».

Todo comienza a 0 kelvin (-273,15°C), una temperatura teórica inalcanzable (el cero absoluto) en el que cualquier elemento químico sería sólido – porque básicamente se habría detenido cualquier movimiento molecular y no habría vibración alguna. A partir de ahí el Helio, el Hidrógeno y los gases nobles comienzan a convertirse en gas o solidificarse.

Como curiosidad el Wolframio tiene como punto de ebullición los 5930 °C, así que hay que calentarlo bastante para que pase de líquido a gas.

Como curiosidad la misma web tiene otras versiones con la tabla periódica «peculiares»: la tabla de la alquimia, la historia o de los vídeos científicos.

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No he visto la película Dunkerque de Cristopher Nolan aunque como buen aerotrastornado sí he visto algunas escenas en las que salen unos Spitfire Mk. 1, uno de los cuales tiene que aterrizar en la playa tras ser alcanzado por un caza alemán.

Pero lo que no sabía es la fascinante historia real que hay detrás de esa escena.

El 27 de mayo de 1940 el Spitfire Mk.1 N3200, asignado al 19 Escuadrón de Caza, y pilotado por el Líder de Escuadrón Geoffrey Stephenson estaba dando cobertura a la Operación Dinamo cuando fue alcanzado. Stephenson tomó entonces la decisión de hacer un aterrizaje de emergencia cerca de Sangatte, aterrizaje del que salió ileso, aunque fue capturado en Bruselas el 4 de junio y terminó pasando buena parte de la guerra en el Castillo de Colditz, donde estuvo involucrado en la construcción del planeador de Colditz, aunque esa es otra historia.

Así, el N3200, tras su única misión de combate, quedó abandonado en la playa, donde poco a poco se fue deteriorando hasta que al final fue olvidado.

Y nunca más se supo de él hasta que en 1986 una serie de fuertes corrientes lo volvieron a sacar a la vista.

Sus restos fueron adquiridos en diciembre de 2000 por Mark One Partners, un grupo de entusiastas de la aviación, y llevados a Inglaterra para su restauración por parte de Historic Flying Ltd. Tras mucho trabajo el 26 de marzo de 2014 el N3200 volvía a volar con sus colores originales, algo que hoy en día sigue haciendo en exhibiciones aéreas.

Por cierto que cualquier persona que sufra de aerotrastorno debería ir, antes de morir, a la exhibición Flying Legends de Duxford. Te puedes casi aburrir de ver Spitfires, P-51s y otros aviones de la época en vuelo.

(El vídeo vía Pepe Cervera; gracias por la pista de las fotos, MesserPolo).

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Este vídeo de Fame Focus revela algunos efectos visuales utilizados en la película de El vuelo (Flight, 2012), protagonizada por Denzel Washington.

La versión CGI (producida por ordenador) del MD-80 que vuela invertido corrió a cargo de Atomic Fiction, y también otros efectos visuales que se aplicaron en numerosas escenas para recrear la lluvia, las nubes, el edificio en tierra y todos los fallos mecánicos y las secuencia del aterrizaje del avión.

Según quienes saben de estas cosas dependiendo de la escena de la que se trate los aviones que aparecen son diversas variantes de la familia MD-80, incluyendo versiones “de verdad”: MD-88 y MD-82 para los aviones estrellados en tierra, MD-81 y MD-88 para escenas que suceden en el interior del avión y la versión CGI, que es un MD-80 recortado en su longitud y que además tiene winglets en los extremos de las alas, algo que al parecer no es propio de un MD-80.

Bonus: Los efectos visuales de The Martian (2015), que son muchos más de los que puede parecer a simple vista.

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Aunque ya en su día se reveló que de llegar a producirse el Urban EV tendría Europa como destino, esta semana Honda ha confirmado formalmente que comercializará el Honda Urban EV en Europa el año que viene.

El coche eléctrico se mostró como concepto en el pasado salón del automóvil de Frankfurt. Según Philip Ross, vicepresidente de Honda Motor Europe, “a finales de 2019 se presentará en Europa una versión de producción en respuesta a el recibimiento tan positivo que tuvo este modelo. Para principios de 2019 esperamos comenzar a aceptar pedidos.”

Para Honda se trataría del primer vehículo 100% eléctrico (no híbrido) vendido en Europa, aunque de momento no ha desvelado muchos detalles de sus prestaciones, autonomía o precio. Sí se sabe que el concepto tenía cuatro plazas, que casi todo el salpicadero era una gran pantalla, casi de extremo a extremo, y que tenía cámaras en lugar de espejos retrovisores. Hay al menos un par de cosas que ya sabemos no llegarán al modelo de producción, pero lo poco que se sabe del Urban EV es suficiente para querer apuntarse a la lista.

Respecto al modelo Sports EV, una versión similar pero con un diseño más estilizado y deportivo y se supone que también más potente, Honda de momento no se han pronunciado.

Parecido razonable,

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Si una foto no es buena es que no estás lo suficientemente cerca.

Robert Capa

El fotoperiodista John Kraus cuenta en This is the Result of Placing My Camera Lens 300 Feet from a Rocket Launch cómo tomó estas espectaculares fotografías del lanzamiento de un cohete Atlas V, y el precio que pagó por ellas: su objetivo ojo de pez Rokinon de 8 mm acabó inservible.

Esta cámara estaba a unos 100 metros de la plataforma de lanzamiento, en una de las zanjas que canalizan los gases expulsados por el cohete. Eso a pesar de que la cámara y el objetivo estaban “protegidos” con una bolsa de plástico del Día.

La imagen de arriba es una de las que John Kraus pudo capturar con su objetivo antes de su fatal final, y sólo esa foto alegra al joven fotoperiodista lo suficiente como para no lamentar la pérdida de su objetivo ojo de pez de 200 euros, que visto de ese modo resulta bastante aceptable.

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En algún momento de la primera mitad de este año 2018 los modelos Mercedes-Maybach Clase S irán equipados con faros digitales que, según Daimler, “no sólo se adaptan para producir la mejor iluminación para cada situación de conducción, sino que además funcionan como un sistema visual de asistencia a la conducción.”

La tecnología, llamada Digital Light, produce un rayo de luz de “calidad HD” y con una “resolución” de más de dos millones de “píxeles”, más de un millón por cada faro. Cada “píxel” es en realidad un microrreflector controlado por ordenador: las cámaras y los sensores del vehículo detectan las condiciones del entorno —por ejemplo, si se aproximan otros conductores en sentido contrario— y actúan sobre los microrreflectores para modificar la distribución lumínica.

El mismo sistema permite que los faros Digital Light de Daimler proyectar símbolos en la carretera para proporcionar información visual al conductor. Por ejemplo para alertar de la posibilidad de que pueda haber hielo en el asfalto u obstáculos en la vía según que detectan, aunque sea de noche, los sensores del vehículo.

Según Daimler más adelante, en una futura implementación, este sistema también servirá para que el vehículo se comunique con su entorno y con lo demás conductores.

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Por ejemplo, este soporte en el que se colocan los mandos y la lata de refresco para beber sin dejar de jugar.

El Joy-Con drink holder está disponible en Thingiverse; de modo que sólo tienes descargarlo y alimentar con él una impresora 3D, o llevarlo a algún local de servicios de impresión 3D de tu ciudad.

En iMore han recopilado algunos accesorios más (para Nintendo Switch) que se pueden imprimir en 3D. Incluyendo un parasol para ver bien la pantalla al aire libre o un soporte para coche.

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Cypher [en Steam, Windows, 4,99€] es un juego de puzles criptográficos. El escenario son las salas de una especie de límpido museo de arte y los 40 retos van recorriendo la historia de los códigos, del cifrado y el descifrado de mensajes secretos. Es obra de Matthew Brown, creador de Hexcells.

Por lo que deja entrever el vídeo de presentación y las pantallas cada puzle requiere descifrar pistas para pasar al siguiente, con dificultad variable entre las primeras sustituciones monoalfabéticas hasta una versión reducida de una mágina Engima. Algunos utilizan esteganografía y otros están ocultos en listas de la compra, poemas de Edgar Allan Poe y códigos con aspecto de lenguajes extraterrestres.

Es un juego definitivamente que busca más la educación que la diversión, de modo que le encantará a cualquier persona interesada en descifrar códigos. Según cuentan los niveles están diseñados con una dificultad razonablemente creciente y siempre hay un botón de «Pista» por si se necesita una ayudita.

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Me encontré con esta reedición modernizada de los Elementos de Euclides, el tratado de geometría que como es bien sabido es uno de los libros de texto más populares de la historia – además de uno de los más editados en todas las lenguas, casi tanto como la Biblia. En este caso el trabajo del llamado «padre de la Geometría» está revisado tanto en texto como en diseño, en una especie de estilo suizo moderno tan característico como agradable.

La reedición es obra de Kronecker Wallis, quien decidió proponerla en Kickstarter y donde ya ha vendido más de 1.500 ejemplares y recaudado más de 250.000 euros. Los trece libros que la completan utilizan el texto e imágenes de la revisión de Oliver Byrne (1810-1880), un ingeniero británico que rehizo el original con explicaciones más sencillas de entender en forma de «conceptos visuales» – manteniendo las ideas del original. En este formato están los seis primeros libros, que tratan puramente de geometría, mientras que el resto que son de aritmética y otros conceptos están siendo rehechos en ese mismo estilo.

Este trabajo continúa en cierto modo la reedición y modernización de grandes clásicos de la ciencia que comenzara el autor con los Principia de Isaac Newton e incluso con algunos bonitos pósteres de las leyes de Newton. El tomo en tapa dura de los Elementos se puede reservar ya para recibirlo cuando se publique, en diciembre de 2018. Su precio: 175€.

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Este didáctico vídeo del canal Percepción Distorsionada muestra en acción el funcionamiento de un interruptor magnetotérmico como los que hay en el cuadro eléctrico de cualquier vivienda. Su misión: proteger las instalaciones contra sobrecargas y cortocircuitos.

En la práctica los interruptores magnetotérmicos suelen «saltar» en dos casos distintos: por sobrecarga o por cortocircuito. Y la forma en que funcionan es ligeramente diferente.

Cuando hay un consumo excesivo en los aparatos eléctricos de forma simultánea –el ejemplo típico es estar usando a la vez el lavaplatos, el horno, la aspiradora y encender de repente un secador de mano– ¡zasss! el interruptor salta y la casa se queda sin corriente. (En el vídeo: 01:25). Basta apagar aparatos, ir al cuadro y mover el interruptor a su posición normal: corriente restablecida.

Como se puede ver en el vídeo lo que sucede es que cuando está pasando demasiada corriente a la vez una lámina bimetálica cambia ligeramente de forma y hace «saltar» un muelle que mueve la pieza que interrumpe el paso de corriente entre los terminales.

El segundo caso es más rápido y espectacular (en el vídeo en 04:45) y se produce en caso de cortocircuito. Cuando esto sucede la corriente crea un campo magnético que atrae las piezas del mecanismo casi de forma instantánea (en unos 8 ms en el vídeo) produciendo el mismo efecto sobre el mecanismo del muelle. La corriente también se interrumpe y se evitan mayores problemas.

Es sin duda una forma ingeniosa de combinar dos funciones en un mismo mecanismo: evitar sobrecargas que se producen poco a poco y evitar cortocircuitos de forma súbita.

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En este vídeo de Rapido Trains se pueden ver las interioridades del trabajo en una fábrica china de trenes a escala, donde hay un montón de procesos involucrados en la fabricación creación de cada uno de los modelos que luego se utilizan para maquetas de todo tipo.

Por lo que cuentan que las piezas más pequeñas salen de unos grandes moldes listas para cortar. En ocasiones son unas 10.000 piezas exactamente iguales para un lote de un modelo concreto de tren. Las partes eléctricas –por ejemplo las que llevan las locomotoras– se fabrican mediante CNC en cobre, que luego hay que lijar para que queden perfectamente suaves. También se utilizan cola y diversos tipos de pegamentos para unir las piezas.

Como puede verse la pintura a veces se realiza meticulosamente a mano o a veces utilizando plantillas de cartón con las que se pintan letras y otros símbolos. Con una lupa se controla visualmente que las líneas rectas estén realmente rectas y en su sitio (por ejemplo las bandas laterales de color) lo cual no siempre es fácil.

Las máquinas de producción no parecen precisamente robótica de alta tecnología, sino más bien trastos viejos, reciclados y apañados para conseguir los resultados deseados con cartón, cinta, llaves Allen y plástico… Contrasta un poco con el área de diseño en el que (al final del vídeo) se ve cómo se trabajan en el aspecto visual de cada tren.

Dicen que el último paso es siempre el mismo: limpiar los trenes para borrar todas las huellas que en el proceso han ido dejando los dedos de todas las personas que han trabajado manualmente con ellos. De ahí a las cajas y a las tiendas de destino. En la web de Rapido Trains pueden verse muchos de estos modelos ya acabados.

(Vía The Awesomer.)

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Si has notado que tu despertador retrasa últimamente no son imaginaciones tuyas, ni un efecto debido a la teoría de la relatividad, ni a un fallo en el aparato. Realmente está retrasado, unos 6 minutos. {Música de X-Files aquí}

La razón es bastante peregrina pero al parecer un fallo continuo en el sistema eléctrico europeo ha hecho que la corriente circulara con una frecuencia media de 49,996 Hz en vez de con 50 Hz, que es lo normal. De modo que muchos relojes que están conectados a la red eléctrica –como los despertadores, microondas, hornos– que utilizan esa frecuencia para marcar los segundos se han ido retrasando poco a poco, unos 6 minutos en total.

Las autoridades de SwissGrid («los vigilantes del tiempo») se han dado cuenta y achacan el problema a una desviación continua originada entre Serbia y Kosovo que afecta a 25 países de nuestro entorno. Dicen que hay algo así como «113 GWh perdidos» y que eso es lo que ha hecho que se desviara la frecuencia – que en cierto modo funciona como el «nivel del agua» entre vasos comunicantes según las aportaciones de todos los países de la red.

Lo más WTF del asunto es que el problema se debe a un desacuerdo político entre los dos países, y no se sabe quién restaurará esos 113 GWh ni si se solucionará pronto. Así que de momento se ha ajustado todo de nuevo a 50 Hz exactos para que los relojes marquen bien la hora, pero está por ver si se planifica un reajuste (acelerando un poco la frecuencia) para acelerar durante unas semanas la frecuencia y compensar así el tiempo perdido en los relojes que no sean tan fáciles de «ajustar a mano».

Mientras tanto toca revisar y poner los relojes de nuevo en hora utilizando el teléfono móvil, el reloj del ordenador, el teletexto u otra fuente oficial, fiable y exacta cual reloj suizo.

(Vía MeFi.)

{Foto: Alarm Clock (CC) Douglas Heriot @ Flickr}

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A finales de octubre de 2017 el asteroide A/2017 U1, más tarde bautizado como 'Oumuamua, dio bastante que hablar cuando los astrónomos se dieron cuenta de que venía de fuera del sistema solar y de que además no se iba a quedar en él. Es el primer objeto interestelar que hemos descubierto, aunque seguro que no es el único que ha pasado por aquí.

Y más o menos en la época en la que descubrimos 'Oumuamua también descubrimos A/2017 U7, aunque su descubrimiento acaba de hacerse público. De hecho no es coincidencia que sus nombres sean tan parecidos pues fueron descubiertos con diez días de diferencia.

Con un tamaño estimado de entre 13,5 y 59 kilómetros A/2017 U7 podría ser un asteroide más –grandecito, eso sí– aunque lo que lo hace peculiar es que su órbita lo va a llevar a abandonar el sistema solar, convirtiéndose en nuestro primer 'Oumuamua, por así decirlo.

Por todo lo que sabemos A/2017 U7 lleva toda la vida en la nube de Oort, una nube esférica de objetos transneptunianos que rodea el sistema solar que empieza a unos 400.000 millones de kilómetros del Sol y se extiende hasta como un año luz de éste.

Pero algo –la gravedad de otra estrella, un choque con otro objeto vecino…– lo ha desplazado de su sitio en la nube (si, sí, pun intended, que dirían los anglosajones) y ahora se desplaza hacia el Sol. Y por una de esas casualidades cósmicas una vez que pase el punto de su órbita más próximo al Sol y que comience a alejarse de él se va a acercar lo suficientemente a Júpiter, que es muy tocho y tiene mucho tirón gravitatorio. Tanto como para que le imparta a A/2017 U7 un aumento de velocidad lo suficientemente grande como para que su órbita se vea modificada de tal forma que nunca volverá hacia el Sol.

Así que A/2017 U7 se convertirá en un viajero interestelar igual que 'Oumuamua. E igual que 'Oumuamua con toda seguridad no es la primera vez que pasa algo así en el sistema solar, pero es la primera vez que somos conscientes de ello.

Quién sabe si en un futuro muy muy muy remoto –va a viajar despacito– provocará en otros seres el mismo asombro que provocó en nosotros 'Oumuamua.

(Vía Bad Astronomer).

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Daniel McKee ha plasmado en esta pieza artística titulada Amazon Rise lo que considera el comercio contemporáneo desde un punto de vista de una cultura homogénea: todo está en Amazon, todo es parecido y todo se vende.

El recorrido de todo lo que se puede comprar en la tienda electrónica de Jeff Bezos incluye más de 1.¡200 productos en tres minutos, ordenados por precio: desde los 15 centavos que cuestan cinco escobillas para limpiar la vajilla a los 27.097,97 dólares que cuesta un «suministro de comida para mega-emergencias durante un año», ni más ni menos que 153.030 raciones para 20 personas, distribuidas prácticamente en latas todas iguales y gigantescos palés.

La música es Boys Noize remezclado por los Chemical Brothers.

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Ross Franquemont, el piloto instructor de U2 Dragonlady del 1er Escuadrón de Reconocimiento que vuela desde la Base de la Fuerza Aérea de Beale en California, ha vuelto a hacerlo.

En este caso con unas espectaculares fotos de una aurora boreal tomadas desde la cabina del U2 en el que volaba unos 70.000 pies de altitud –unos 23 kilómetros– en una misión a un sitio que, por supuesto, no puede contarnos.

Seguir leyendo: Ross Franquemont, un U2 y una aurora boreal

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