Existe una poco conocida funcionalidad de Google llamada –un poco eufemísticamente– Administrador de cuentas inactivas que entre otras cosas sirve para indicar a Google lo que debe hacer con tu cuenta y tus datos (correo, fotos, historial de búsqueda…) cuando mueres.
Sí: puede parecer un poco raro preocuparse de esas cosas tan triviales como el ordenadorcito mientras preparas tu tránsito a quiénsabedónde, pero oye, la gente también hace testamento, que no es algo muy diferente. ¿Por qué no decidir que tus fotos más íntimas se envíen a algún familiar, que tu cuenta de correo la pueda leer y gestionar un amigo de confianza o que todo se borre 35 veces para no dejar ni rastro de tus andanzas en este mundo?
En HowToGeek escribieron todo un manual paso a paso acerca de cómo usarlo, así que un montón de almas les quedarán agradecidos. En resumidas cuentas se trata de esto:
Primero hay que ir a la página Administrador de cuentas inactivas. Una vez allí se configuran un correo y un teléfono donde Google te enviará avisos sobre el tema. El asunto funciona como un dispositivo del «hombre muerto»: si no entras en Google identificado en cierto tiempo te enviarán varios avisos y si no contestas supondrán que te ha pasado algo chungo y se ejecutarán tus órdenes. Se puede elegir un periodo entre 3 y 18 meses; porque digamos que pasar un año sin visitar Google o tu buzón de correo ya suena a motivo de preocupación.
El último paso es configurar las acciones para cada servicio Google: se pueden enviar correos a contactos seleccionados, darles acceso a tus fotos, vídeos, correo, etcétera. Y también se incluye el «gran botón rojo»: borrar absolutamente todos los datos. Una vez tragada saliva para activar esta opción y después activar la «bomba» la cosa está lista.
Esto sólo funciona con las cuentas Google normales, no con las cuentas «corporativas» de pago (que se supone gestiona la empresa, no el individuo). Si tienes una de estas cuentas tus datos son en cierto modo inmortales.